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aquel artículo era una foto en la que aparecían jun-

tos

Javier Sánchez-Ramade y Francesc Miró

,

tomada en vísperas de que sus respectivas cadenas

Urende

y

Establiments Miró

entrasen en el dolo-

roso proceso que conduciría a la extinción de la

primera y a la venta de la unidad de negocio de la

segunda (en liquidación) a Kabaena Directorship,

actual propietaria y gestora de Miró.

Aquel artículo no se centraba, empero, de forma

exclusiva en el comercio detallista, sino que abar-

caba a todo el ramo incluidos los fabricantes, y

hacía balance final de lo que ha supuesto la crisis

económica para empresas como las mencionadas o

como, del lado de la industria,

Fagor Electro-

domésticos

.

Más allá de dejar constancia del

reparto de res-

coldos

(hablar de «despojos» habría sido demasia-

do cruel, y el símil del incendio —o bombardeo—

y las brasas resultaba muy oportuno) citábamos

uno de los factores que diferenciaban a ganadores

y perdedores en este proceso, y que estaba relacio-

nado con las finanzas:

reservas disponibles y ca-

ja, frente a endeudamiento

o, en su caso (podría-

mos añadir ahora) a

apalancamiento por crédito

de proveedores

, lo cual se ha revelado al final de

la historia no sólo económicamente arriesgado si-

no, en casos de ingeniería contable, judicialmente

peligroso.

E

l segundo elemento coincidente por estas

fechas es el

concurso de acreedores de

San Luis Electrónica

, de cuya resurgen-

cia hemos dado amplia y puntual información en

las Alertas y los boletines digitales de MARKET

VISION, desde su mismo planteamiento e inicio,

y hasta su triste momento actual. Y si la voz «re-

surgencia» les suena extraña, digamos que de al-

guna manera habrá que nombrar al

infortunado

regreso de un empresario de éxito

, beneficiario

de la venta a Kesa-Darty del negocio que fundó, y

retornado a la palestra

mediante recompra de los

activos que Darty abandonaba en su huida del

entonces pavoroso mercado español

.

Antes de ahondar en algunas consideraciones,

dejemos bien claro que San Luis está, en efecto, en

un momento triste

; pues tristeza es lo que debe

inspirar

la frustración de un sueño

. Pero que no

está muerta, así que no sería pertinente, aquí y

ahora, hablar de ella en pasado. Si al final del pro-

ceso logra la continuidad y conserva cuatro o cin-

co tiendas en Galicia (nada que ver con las 17 que

tuvo en su momento máximo, y con las 24 que

proyectaba para su primer ejercicio completo

cuando hablaba de planes de expansión) y con

ellas hace dinero, mejor será para el sector, su em-

prendedor, sus socios y sus empleados; y desde

luego mucho mejor que si todo se va al traste y se

cierra para siempre. Eso es lo que iba a hacer

Darty en su espantada de España, donde la cadena

francesa tanto dinero perdió. Y es lo que se trató

de evitar con la «operación San Luis».

Sobre este asunto pueden hacerse numerosas re-

flexiones, algunas de ellas demasiado simples. Por

ejemplo, como dicen en mi tierra de nacimiento

(no lejos de la Galicia donde San Luis echó a an-

dar), si el empresario no habrá tenido «el güeyu

MARKET VISION

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REVISTA / 215 - 2015

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