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MARKET VISION

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REVISTA / 215 - 2015

go en el pronóstico es tan peligroso como

quedarse corto

».

Esto, que es cierto en el mundo de los suminis-

tradores de producto, lo es también en el comer-

cio, sobre todo si una visión expansiva le hace

acumular no sólo stock de mercancía sino de

superficie de sala y almacén

, un stock tan

costoso de mantenimiento mensual como —

si no la demanda no se despierta— impro-

ductivo.

S

obre eso cabe añadir otras cosas,

muy ciertas en este sector, y que de-

bieran invitar a reflexionar. Por

ejemplo, que

la reactivación del consumo

no está siendo demasiado generosa con el

sector electro

, al menos en términos de

va-

lor y margen

.

Insistamos:

este sector ha generado mu-

cho dinero

y ha aportado beneficios impor-

tantes a sus protagonistas, en el pasado; pero

alguien ha dicho —y así lo hemos citado ha-

ce pocos años— que hoy estamos en «un

sector pobre», de márgenes escasos. No de-

sesperemos: puede

que regresemos a un sector, si

no opulento, de nuevo satisfactorio para todos

;

pero no ha sido el caso en 2014 ni, probablemente,

en el primer trimestre (T1) de 2015.

El mercado

ya no ahoga

, pero sigue apretando.

Hemos deja-

do de caer

, comenzamos a subir, pero no hay re-

tornos brillantes.

En ese contexto,

hay que prepararse para los

buenos tiempos por llegar

, comenzar a invertir y

a gestionar provechosamente la salida de la crisis.

Es importante quedarse también con esta parte po-

sitiva del análisis, aunque la hayamos dejado para

el final y le dediquemos tan pocas líneas ahora.

Debe ser un mensaje fuerte, nítido, contundente,

claro y en voz alta: es necesario estar

listos para

invertir, a fin de sacar partido de la incipiente

recuperación

.

Pero esa afirmación no puede ocultar el hecho

de que 2014 no ha sido buen momento para aven-

turas audaces. Ni la verdad de que algunos que

están en ello lo hacen a costa de pérdidas que sólo

pueden asumir por el fuelle que proporcionan ca-

sas matrices internacionales.

n

De nuevo la gestión fina

de la salida de la crisis:

ni adelantarse

ni retrasarse.