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MARKET VISION

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REVISTA / 215 - 2015

vez no acertó en el «timing»

(es cierto que el mer-

cado dejó de caer a finales de 2014, pero sólo en

2015 hemos vuelto a cifras claramente positivas, y

no generalizadas)

ni en la intensidad

(la recupera-

ción de consumo que ahora vemos es buena para

aliviar situaciones tensas, pero no para sostener un

crecimiento empresarial cómodo).

Más de una vez hemos evocado aquí una refle-

xión del que fuera director general de la División

de Consumo y Estilo de Vida de Philips en Es-

paña, Eef Van Elsberg, pronunciada en 2009 du-

rante el primer Seminario Aecoc Electro, celebra-

do aquel año. Él, que ya tenía experiencia en una

dura crisis (Méjico años 90 del pasado siglo, fortí-

sima devaluación, 25% de los clientes en banca-

rrota, tres meses de facturación cero), declaró que

tan importante es acertar con la gestión de un

período recesivo como acertar, también, en la

gestión de la salida del mismo

(«la salida de la

crisis»). Por desgracia, eso tiene mucho que ver

con la capacidad de descubrir el futuro mirando

una bola de cristal. Y esa técnica no la dominan ni

las pitonisas.

Reinterpretando su análisis, en

MARKET VI-

SION

escribíamos en septiembre de 2009 que:

«

Detectar en su momento los signos

de la salida de la crisis puede ser deci-

sivo

. En toda reactivación hay

empresas

que se adelantan

y, para aprovechar la

“reprise”, invierten sus recursos no sólo

en comunicación sino en stock de pro-

ducto y armas promocionales, a fin de

asegurarse la “pole position” en la rejilla

de salida. La acumulación de existen-

cias, en particular, suele ser un factor

crítico, porque uno de los problemas ha-

bituales en los re-arranques es la escasez

de producto, y el que dispone de stock

es el que se lleva el mercado. Sin embar-

go,

si la empresa formula una previsión de

nuevo crecimiento y, en la práctica, la sa-

lida de la crisis se retrasa, puede quemar

prematuramente su liquidez

, cargarse de

existencias invendidas y entrar en serios

aprietos, con lo que la recuperación de la de-

manda, cuando por fin se produzca, la ha-

llará extremadamente débil.

Pasarse de lar-

Siete años de vacas gordas

y siete de vacas flacas.

Pero error en el «timing»

y la intensidad.