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C
uando se publicó el
número
100
de Textil Exprés, en el
año 2000, la crónica reciente
era la de dos décadas apasio-
nantes: Los años
ochenta
, los
de la
transformación políti-
ca de España
, pero además,
en lo que concierne al textil,
los de la
reconversión industrial
y el plan de
pro-
moción de intangibles
, cuando se hizo del diseño y
la creatividad en la moda una ilusión nacional. Los
empresarios pasaron del complejo de una actividad
arcaica al orgullo de la modernidad. El Gobierno
llevó a cabo la mayor inversión pública jamás reali-
zada en España en apoyo de este sector.
Y los años
noventa
, con el orgullo de la
incorpo-
ración a la Europa unida
, desde nuestra posición
periférica que, en la práctica, no nos estaba yendo
tan mal, pero nos creaba el complejo de la margina-
lidad, de país que no daba los niveles exigidos para
entrar en el club. Cuando el proceso de asimilación
culminó todos nos sentíamos más felices, pero el
recuento de daños era importante.
En poco tiempo desapareció el
sector español
autóctono de fibras químicas
(que había sido un
gran agente dinamizador del mercado), y más tarde
incluso la estructura comercial para España de las
multinacionales correspondientes.
Perdieron sus puestos hegemónicos en la escena
nacional las
grandes familias históricas
del textil
algodonero español, que habían ejercido desde Ca-
taluña un poder político indirecto. Y acabaron des-
Germán Martínez
B
uscando
una
nueva
plataforma
de
lanzamiento
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TEXTIL EXPRES
-
SUPLEMENTO /
EXTRA 200
- MARZO-ABRIL 2012