otros canales, otros sectores.
            
            
              Curiosamente en este últi-
            
            
              mo año, otros nichos de
            
            
              mercado como el de zapa-
            
            
              tería, joyería y alta bisutería,
            
            
              han facturado el 40% de
            
            
              nuestro total.
            
            
              Entonces el sector tradi-
            
            
              cional textil-confección…
            
            
              —
            
            
              Sólo se ha mantenido e
            
            
              incluso aumentado en el
            
            
              segmento alto. Basta con leer los resulta-
            
            
              dos de las principales marcas de lujo.
            
            
              ¿Cómo ves actualmente el mercado
            
            
              textil-confección?
            
            
              —
            
            
              Si te refieres a España, te diré que an-
            
            
              tes de la crisis había una horquilla muy
            
            
              amplia entre los confeccionistas de gama
            
            
              baja y los de gama alta, es decir, había un
            
            
              sector muy amplio de empresas que fabri-
            
            
              caban buen producto de moda a precios
            
            
              medios que cubrían el mercado. Muchas
            
            
              de estas firmas se marcharon a fabricar en
            
            
              China, en busca de mejores precios. Perso-
            
            
              nalmente creo que empezaron a ofertar
            
            
              un producto al mismo precio que el que
            
            
              antes fabricaban en talleres del país, pero
            
            
              en una calidad que en la mayoría de las ve-
            
            
              ces no justificaba el precio. Ni los tejidos
            
            
              eran los mismos con los que se habían pre-
            
            
              sentado las colecciones, y la confección
            
            
              era, como poco, deplorable. Estas empre-
            
            
              sas se movían solamente en el mercado in-
            
            
              terior y, hoy por hoy, el que no exporta
            
            
              muere. Me decía un cliente: nosotros ya
            
            
              exportamos, tenemos un cliente en Fran-
            
            
              cia, dos en Inglaterra y tres en Italia. Esto
            
            
              no es exportar. Claro que, para montar una
            
            
              red de representantes, duplicar o triplicar
            
            
              el número de muestrarios y asistir a ferias
            
            
              exteriores, se necesita una organización
            
            
              interior eficiente y financiación, y desafor-
            
            
              tunadamente no parece que los bancos
            
            
              estén por esta última labor.
            
            
              Pero sí hay muchas empresas que
            
            
              exportan.
            
            
              —
            
            
              Según datos publicados por D&B, ha-
            
            
              ce 20 años había 71.591 empresas expor-
            
            
              tadoras; a fecha de hoy, solamente un 34%
            
            
              de ellas continúa. Noticias más recientes
            
            
              aseguran que solo el 4% de las empresas
            
            
              que exportaban en el 2001, lo seguían ha-
            
            
              ciendo en el 2010.
            
            
              Hablabas de las empresas del sector
            
            
              del lujo, pero ¿qué me dices de Zara,
            
            
              H&M, Mango, Desigual…?
            
            
              —
            
            
              Esto hay que contestarlo de pie, en
            
            
              posición de firmes y primer tiempo de sa-
            
            
              ludo. En el futuro, como ya se viene ha-
            
            
              ciendo en alguna escuela de negocios, es-
            
            
              tos casos (especialmente el de Zara) de-
            
            
              berán ser asignatura obligatoria.
            
            
              Una última pregunta: ¿cómo nace la
            
            
              idea de montar una tienda?
            
            
              —
            
            
              Es una bonita anécdota. En 1994, el
            
            
              Sr.Watanabe me llama para pedirme que
            
            
              vaya a París para entrevistarme con el en-
            
            
              tonces director de Première Vision, que
            
            
              además era presidente del gremio de cin-
            
            
              teros de Francia, y amigo del Sr. Watanabe,
            
            
              para pedirle que autorizara a Mokuba a ex-
            
            
              hibir en aquel evento. En aquella época,
            
            
              Première Vision sólo admitía co-
            
            
              lecciones europeas, por lo que
            
            
              aun después de insistir y alegar
            
            
              mil y una razones, no lo conse-
            
            
              guí. El Sr. Watanabe tomó la de-
            
            
              cisión de alquilar una sala de
            
            
              unos mil metros cuadrados en el
            
            
              Louvre y montar su propia feria.
            
            
              Trasladó a París una pieza de ca-
            
            
              da artículo, color y ancho de sus
            
            
              colecciones. Calculo que la ofer-
            
            
              ta superaba las 30.000 piezas.
            
            
              Toda la prensa especializada europea
            
            
              fue invitada y realmente fue un éxito.
            
            
              Al acabar me ofreció todo el stock exhi-
            
            
              bido en condiciones ventajosas, y estas
            
            
              fueron las piezas con que se inauguró la
            
            
              primera tienda Mokuba en Barcelona, en
            
            
              la calle Consejo de Ciento. El 24 de julio de
            
            
              1995, pronto hará 17 años. Posteriormente
            
            
              la tienda se trasladó a la actual de la calle
            
            
              Córcega, 220. Actualmente la oferta se ele-
            
            
              va a 50.000 referencias. Hay solamente 5
            
            
              tiendas Mokuba en el mundo: Tokio, París,
            
            
              Toronto, Nueva York y Barcelona. ¿Recuer-
            
            
              das el refrán castellano que afirma que el
            
            
              buen paño en el arca se vende? Habitual-
            
            
              mente, los mayoristas y las mercerías
            
            
              tenían sus productos en cajones, a lo me-
            
            
              jor a causa del refrán; en nuestra tienda to-
            
            
              dos los productos están a la vista, y pue-
            
            
              den tocarse.
            
            
              ¿Oferta on line?
            
            
              —
            
            
              No, en absoluto, los textiles hay que
            
            
              tocarlos. Los colores hay que verlos tal co-
            
            
              mo son, sin distorsiones; además nuestras
            
            
              vendedoras pueden aconsejar y ayudar en
            
            
              las decisiones de compra. En Barcelona re-
            
            
              cibimos un promedio de 650 visitas con
            
            
              compra mensuales; compradores que van
            
            
              desde el diseñador profesional, hasta la
            
            
              señora que quiere personalizar alguna
            
            
              prenda.
            
            
              Vuestra tienda tiene fama por sus
            
            
              escaparates.
            
            
              —
            
            
              Esto es obra exclusivamente de Mo-
            
            
              mi —Mónica Vera—, mi hija, y ya ha mere-
            
            
              cido ver fotografiados y publicados varios
            
            
              de ellos. Y ha conseguido crear con ello,
            
            
              ciertamente, una de nuestras mejores
            
            
              señas de identidad.
            
            
              46
            
            
              
                TEXTIL EXPRES
              
            
            
              
                -
              
            
            
              
                SUPLEMENTO /
              
            
            
              
                EXTRA 200
              
            
            
              
                - MARZO-ABRIL 2012