contrar los derroteros que te conduz-
            
            
              can a un buen resultado.
            
            
              Sin embargo, vosotros seguís man-
            
            
              teniendo un compromiso a fondo
            
            
              con el sector nupcial.
            
            
              
                —
              
            
            
              Es que en este sector se sigue
            
            
              produciendo el milagro de los panes y
            
            
              los peces. Sólo así se comprende el
            
            
              éxito que ahora mismo está teniendo la
            
            
              convocatoria del próximo salón, en un
            
            
              momento como el que atravesamos.
            
            
              ¿No se nota un cierto parón de las
            
            
              bodas, al menos desde el punto de
            
            
              vista del gasto?
            
            
              —Bueno, en cierto modo sí. Pero, al
            
            
              mismo tiempo, se da el efecto contra-
            
            
              rio. El salón se nos quedaba pequeño,
            
            
              y hemos tenido que decir que no a mu-
            
            
              cha gente. Y hasta la directora de pren-
            
            
              sa ha tenido que ceder parte de las ins-
            
            
              talaciones que tenía preparadas para
            
            
              acoger a los medios de comunicación,
            
            
              a fin de poder colocar el stand de un
            
            
              nuevo expositor.
            
            
              En novias hemos seguido una políti-
            
            
              ca muy buena de apoyar lo que tenía
            
            
              un sentido práctico. Siempre estamos
            
            
              al lado de la Administración cuando
            
            
              promueve cosas pero, al mismo tiem-
            
            
              po, hay que emplear el sentido común.
            
            
              Hay que apoyar el diseño cuando toca,
            
            
              pero a veces, como ocurre ahora,
            
            
              
                lo
              
            
            
              
                urgente es sostener a las industrias
              
            
            
              
                que generan empleo
              
            
            
              .
            
            
              La campaña de la Moda de España
            
            
              de los años ochenta, poniendo el acen-
            
            
              to en el diseño, fue una cosa grande y
            
            
              entonces era lo que tocaba. Ahora lo
            
            
              que importa es facilitarles crédito a las
            
            
              empresas y
            
            
              
                que los talleres no paren
              
            
            
              .
            
            
              Y, desde este punto de vista, vemos
            
            
              que en Barcelona (y en otras partes de
            
            
              España) hay
            
            
              
                un sector que factura
              
            
            
              
                mucho, aunque sea por el precio
              
            
            
              
                unitario y no por el volumen de pro-
              
            
            
              
                ducción
              
            
            
              , y tiene un gran interés econó-
            
            
              mico. Por eso hay que darle herramien-
            
            
              tas para salir adelante. Se pueden en-
            
            
              contrar camisetas de Zara a
            
            
              300 euros, por decir algo,
            
            
              pero un traje de novia, aun-
            
            
              que sea barato, no te lo ba-
            
            
              ja nadie de 4.000 ó 5.000
            
            
              euros. Es un sector renta-
            
            
              ble por naturaleza.
            
            
              Y el crecimiento de novias
            
            
              de este año, ¿es del sector
            
            
              nacional o de expositores
            
            
              internacionales?
            
            
              —Estamos al 50%. So-
            
            
              bre esto hay cosas que
            
            
              tampoco se entienden bien. Todos sa-
            
            
              bemos que Grecia no funciona; y el
            
            
              otro día se nos inscriben las cinco em-
            
            
              83
            
            
              
                TEXTIL EXPRES
              
            
            
              
                -
              
            
            
              
                SUPLEMENTO /
              
            
            
              
                EXTRA 200
              
            
            
              
                - MARZO-ABRIL 2012
              
            
            
              
                TEXTIL EXPRES
              
            
            
              • EXTRA 200
            
            
              El sector nupcial:
            
            
              el milagro
            
            
              de los panes y los peces