mercado mundial del algodón
              
            
            
              , to-
            
            
              talmente ajeno al espacio geográfico
            
            
              europeo; y el hecho de que
            
            
              
                la fibra
              
            
            
              
                hecha por el hombre es la que está
              
            
            
              
                adueñándose del universo textil
              
            
            
              .
            
            
              En efecto,
            
            
              
                en los años 90 del pasa-
              
            
            
              
                do siglo, las fibras químicas reba-
              
            
            
              
                saron a la suma de algodón y lana
              
            
            
              ,
            
            
              y en 2010
            
            
              
                ya suponían un 68% del
              
            
            
              
                mercado textil mundial
              
            
            
              .
            
            
              Pero también en estas fibras se
            
            
              observa un
            
            
              
                desplazamiento de con-
              
            
            
              
                sumo hacia Asia
              
            
            
              , por el hecho de
            
            
              que la industria textil y de confección
            
            
              de grandes volúmenes se encuentra
            
            
              allí. Unas tablas adjuntas muestran
            
            
              que,
            
            
              
                de un modo paralelo, también
              
            
            
              
                la producción
              
            
            
              (y no sólo el consu-
            
            
              mo) de las fibras químicas se ha ido
            
            
              trasladando a Asia. Las producciones
            
            
              en ambas Américas, Europa y «el
            
            
              resto del mundo» permanecen esta-
            
            
              bilizadas desde hace al menos veinte
            
            
              años, mientras que
            
            
              
                en Asia se han
              
            
            
              
                quintuplicado
              
            
            
              , particularmente en al-
            
            
              gunas variantes, como el
            
            
              
                filamento
              
            
            
              
                sintético
              
            
            
              , donde casi
            
            
              
                se han multi-
              
            
            
              
                plicado por nueve
              
            
            
              .
            
            
              Desde ese punto de vista,
            
            
              
                para la
              
            
            
              
                industria textil/vestir europea es
              
            
            
              
                extremadamente importante man-
              
            
            
              
                tener la cercanía de aquellas pro-
              
            
            
              
                ductoras
              
            
            
              que conservan una activi-
            
            
              dad industrial, de investigación y de
            
            
              marketing en Europa o sus inmedia-
            
            
              ciones; o, si no cumplen las tres fun-
            
            
              ciones, al menos una o dos de ellas
            
            
              (marketing, investigación) en oficinas
            
            
              de proximidad.
            
            
              Esto resulta
            
            
              
                tan cierto para las
              
            
            
              
                especialidades muy técnicas del
              
            
            
              
                textil
              
            
            
              , que dependen de las capacida-
            
            
              des de desarrollo en universidades,
            
            
              centros tecnológicos y, muy clara-
            
            
              mente, productoras de fibras (ya que
            
            
              los elevados rendimientos necesarios
            
            
              no dependen sólo de las construccio-
            
            
              nes textiles sino de las prestaciones
            
            
              de las fibras utilizadas); como, tam-
            
            
              bién, para los
            
            
              
                textiles de hogar
              
            
            
              y las
            
            
              
                prendas más de moda
              
            
            
              , que no sólo
            
            
              buscan
            
            
              
                un valor que los diferencie
              
            
            
              
                de los «commodities»
              
            
            
              por la vía del
            
            
              diseño, sino también de los
            
            
              
                atributos
              
            
            
              
                reales y percibidos de las materias
              
            
            
              ,
            
            
              ya sea por su
            
            
              
                aporte de bienestar
              
            
            
              o
            
            
              por la
            
            
              
                adaptación al «look» y «ajus-
              
            
            
              
                te» personal del usuario
              
            
            
              .
            
            
              Desde las aplicaciones de rendi-
            
            
              miento hasta las de estilo de vida, las
            
            
              fibras reputadas aportan valores cada
            
            
              vez más apreciados, sin descuidar
            
            
              entre ellos el de la
            
            
              
                sostenibilidad
              
            
            
              ,
            
            
              puesto que la legislación concede im-
            
            
              portancia creciente a ese apartado, y
            
            
              el consumidor, por otro, se sensibiliza
            
            
              al respecto.
            
            
              En ese sentido,
            
            
              
                la industria euro-
              
            
            
              
                pea demanda cada vez más una re-
              
            
            
              
                lación
              
            
            
              con las productoras de fibras
            
            
              
                que supere el modelo clásico de
              
            
            
              
                proveedor-cliente
              
            
            
              , para establecer
            
            
              auténticos
            
            
              
                partenariados de colabo-
              
            
            
              
                ración
              
            
            
              , tanto en el
            
            
              
                desarrollo
              
            
            
              de pro-
            
            
              ducto como en la
            
            
              
                comercialización
              
            
            
              del mismo.
            
            
              Y, recíprocamente,
            
            
              
                las producto-
              
            
            
              
                ras
              
            
            
              (o al menos una parte de ellas)
            
            
              mantienen a la industria textil y de
            
            
              vestir europea en un lugar prioritario
            
            
              de sus atenciones: en muchos casos,
            
            
              y aunque
            
            
              
                Europa
              
            
            
              no sea por volumen
            
            
              el principal cliente de muchas de
            
            
              ellas, sí que
            
            
              
                es uno de los clientes
              
            
            
              
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                valor añadido
              
            
            
              , que generan
            
            
              
                márge-
              
            
            
              
                nes
              
            
            
              y favorecen la
            
            
              
                innovación
              
            
            
              .
            
            
              En la actualidad, las fibras hechas
            
            
              por el hombre son algo más que una
            
            
              materia prima. En la doctrina econó-
            
            
              mica tradicional se entiende que son
            
            
              las fases finales de las cadenas de
            
            
              producto las que añaden valor al pro-
            
            
              ducto. En el caso de
            
            
              
                las fibras
              
            
            
              , hoy
            
            
              constituyen, desde los eslabones ini-
            
            
              ciales de la cadena, una
            
            
              
                parte intrín-
              
            
            
              
                seca
              
            
            
              de ese valor diferencial.
            
            
              n
            
            
              64
            
            
              
                TEXTIL EXPRES
              
            
            
              
                -
              
            
            
              
                SUPLEMENTO /
              
            
            
              
                EXTRA 200
              
            
            
              
                - MARZO-ABRIL 2012
              
            
            
              EXTRA 200 •
            
            
              
                TEXTIL EXPRES
              
            
            
              
                La experiencia de Lycra
              
            
            
              
                (o de Lenzing, o de Trevira) en potenciar
              
            
            
              
                las ventas del sector,
              
            
            
              
                también en el «retail».
              
            
            
              
                Asia tiene un peso creciente
              
            
            
              
                en producción y consumo de fibras.
              
            
            
              
                Europa conserva el atractivo de la
              
            
            
              
                innovación y el valor añadido.
              
            
            
              
                El concepto de «partenariado»,
              
            
            
              
                cada vez más importante,
              
            
            
              
                tanto para las fibras
              
            
            
              
                como para los textiles y la confección.
              
            
            
              
                Una excepción a la doctrina:
              
            
            
              
                la fibra comienza a añadir valor desde las
              
            
            
              
                fases tempranas de la cadena.