MARKET VISION - REVISTA 242

desafío ha sido realmente meritoria también, digamos que esa capacidad se presupone. En las compañías productivas o importadoras de gran tamaño se asume que deben tener el músculo fi- nanciero —o la capacidad para aumentar el fue- lle— y los recursos de gestión necesarios para estos y otros desafíos; y en las medianas, la cin- tura de sus directivos es proverbial, va intrínseca al oficio. Observen que no queremos quitarles lustre . Realmente este tipo de retos son de los que se presentan escasas veces en la vida , y su gran magnitud puede hacer que tiemblen las rodillas del más plantado, o se nublen las mentes de los más lúcidos. Eventos como el recién ocurrido pueden llevarse al pozo empresas de primer nivel y, lo que es más importante, ello puede ocurrir sin que gestores hábiles y capaces estén en condiciones de evitarlo . Por ejemplo, no crean que las líneas aéreas están en un brete porque sus directivos no han sabido hacer las cosas. No siempre «saber» es sinónimo de «po- der». Aun así, volviendo a nuestro tema, bravo por el modo en que la industria ha capeado este temporal . Pero nos interesa más, en este mo- mento, la respuesta que ha dado el comercio . El modo en que ha reaccionado es digno de fi- gurar en algún manual futuro de Cómo Ge- renciar en Grandes Emergencias . P odríamos hablar de las grandes cadenas, de las plataformas, de los grupos, del pequeño y mediano comercio. Cada cual a su modo, con distintos medios y margen de maniobra, se ha movido con prudencia en lo que ha sido nece- sario, con audacia en lo que ha convenido, con mucha imaginación en general , con rapidez MARKET VISION - REVISTA / 242 - I - 2020

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