MARKET VISION - REVISTA 242
una enfermedad que exportó , y que el resto del mundo recibió como una bomba incontrolada . Por supuesto, las cosas sucedieron así, sin inten- cionalidad y, posiblemente, sin res- ponsabilidades específicas. En todo caso, y volviendo a nues- tro sector, en febrero vimos ya la generalización de la prudencia in- ternacional , que desembocó en la cancelación del Congreso Mundial del Móvil , programado para finales de febrero en Barcelona . Inicialmen- te, las autoridades se hicieron las ofendidas . En España no había ningún problema sanitario, y apunta- ron a que la decisión de algunos ex- positores relevantes de no acudir, precipitando con ello la cancelación casi a última hora, obedecería a al- guna causa «de otro orden». Mu- chos se apuntaron a la especula- ción. Probablemente tendría algo que ver con la guerra tecnología en- tre EEUU y China. Seguro que querían quitarle a Huawei un esce- nario para su excesivo lucimiento. Por ahí debían de ir los tiros —se su- gería—. Y muchos compraron ese argumento. A primeros de marzo, cuando en Italia estallaba el problema de la pandemia , muchos debieron de agradecer secretamente que el MWC se hubiese cancelado . El co- ronavirus ya correteaba por Europa en los días programados para el Congreso. Imagínense que éste hu- biera ayudado a diseminarlo. Para qué vamos a contarles aho- ra lo que ustedes mismos han vivi- do en sus carnes . El relato cotidiano lo hemos venido ofreciendo a los sus- criptores en las Alertas de Market Vi- sión. Pero sí que es útil dejar cons- tancia aquí de algunos puntos, así co- mo de algunas reflexiones sobre sus (posibles) consecuencias. Las dos crisis paralelas, y las dos crisis sucesivas. Hemos su- frido, y así sigue siendo, dos crisis paralelas . En primer lugar, por supuesto, la crisis sanitaria . Los sufrimientos por la enfermedad, que a algunos no les provoca síntomas pero a otros les afecta gravemente; y por los falleci- mientos, con la ruptura familiar que han provocado, a menudo sin espa- cio siquiera para el duelo: ésa es la dimensión directa e inmediata de la crisis de salud. Una consecuencia derivada es el temor que deja la pandemia entre la sociedad «superviviente» . Por más que a veces uno se pregunte cómo es posible que haya tantísimos ciudada- nos inconscientes que se reúnen de forma multitudinaria y sin precaucio- nes, lo cierto es que en el conjunto del país (y de Europa, y de América, y de África) hay preocupación. Probable- mente la seguirá habiendo en tanto no se desarrolle, pruebe con éxito y dis- tribuya e inocule de forma generaliza- da una vacuna eficaz. En segundo lugar, el impacto económico . Que es de varios nive- les, y también aquí hay un orden, no tanto jerárquico como cronológico: dos crisis sucesivas, la segunda to- davía en ciernes... e incierta. El primero es el efecto inmediato de la paralización del país . Desde la entrada en vigor del estado de alarma , decretado el 14 de marzo , hasta su levantamiento el 21 de ju- nio , España ha conocido primero una paralización prácticamente to- tal de actividades que requiriesen para su ejecución salir del domicilio, debido al confinamiento o, como al- guien lo ha descrito, la Gran Reclu- sión ; seguida de una « desescala- da» progresiva por zonas , con rea- nudación desigual de las operacio- nes, por ejemplo, comerciales. El confinamiento estricto duró 50 días, y el estado de alarma en su totalidad unos 100 . Hablando del impacto económico alguno lo ha comparado con «una guerra sin tiros». Ha sido más que eso. Ciertamente, una guerra con derrota total y devastación, como le ocurrió a la Alemania ocupada tras la SGM, es mucho peor. Pero el perío- do bélico no suele ocasionar una parálisis tan acusada: entre bombar- deo y bombardeo se evalúan los daños y se sigue produciendo. En ese sentido, y buscando un símil en ese ámbito, tendría más parecido con una guerra termonuclear, quí- mica o biológica (ABQ), en la que de repente los supervivientes al pri- mer ataque debieran sumergirse en refugios a esperar semanas (o meses) a una desaparición de la ra- 14 MARKET VISION - REVISTA / 242 - I - 2020 La primera preocupación se centró en la cadena de suministro: China es la fábrica del mundo. Pero no vimos la crisis sanitaria y de mercado que se nos echaba encima.
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