MARKET VISION - REVISTA 242
En España se registró un solo caso, y ninguna defunción. La de Mers-Cov de 2012 , con ori- gen en Arabia Saudí, no tuvo más que 157 casos en el mundo , 127 de ellos en Arabia Saudí, y 66 falleci- dos . La elevada tasa de mortalidad, así como la rapidez en la evolución de ambas enfermedades, provocó la extinción de los agentes causantes: si el huésped del coronavirus falle- ce antes de contagiar, la expan- sión se contiene . Este nuevo coronavirus responsa- ble de la denominada Covid-19 tiene un período de incubación más lar- go , es muy contagioso y, pese a los estragos que ha causado, la tasa de mortalidad asociada es menor . Por eso mismo se ha expandido vertigi- nosamente . Por eso... y porque hoy todo quisque viaja, y nadie suspen- dió a tiempo las comunicaciones de transporte (de pasajeros) con China , un país al que a ver quién es el guapo que se atreve a aislar del resto del mundo (a pesar de que la misma China adoptó medidas drásti- cas internas, y que muchas líneas áreas acabaron suspendiendo los vuelos ante la negativa de su perso- nal a viajar al país). A estas alturas, lo que nos sor- prende es que, en el país origen de todo, «sólo» haya una estadística de en torno a 80.000 contagiados y algo más de 4.500 fallecidos . Mien- tras que en España hemos tenido del orden de 280.000 contagios y 28.000 fallecidos (cifras que evolu- cionan, pueden ser más cuando el lector lea este artículo). Véase la desproporción : tres veces y media más contagiados y seis veces más defunciones en nuestro país, cuan- do, en términos demográficos, China equivale a 30 veces España. En fin, en el mundo caminamos hacia los 17 millones de contagia- dos (serán más, en pocas semanas) y los 600.000 fallecidos (ídem). Si se mira el impacto de la pandemia en el país donde comenzó todo, es casi ridículo: un 12-13% de los infec- tados, un 0,75% de los fallecidos. Al final, China casi podrá colgarse una medalla , como el país que me- jor supo contener el impacto de 12 MARKET VISION - REVISTA / 242 - I - 2020 No se crean demasiado todas las afirmaciones sobre los «antes y después». Algunos son muy evidentes. Otros, quién sabe. D ecimos, en el artículo al que acompaña esta nota auxiliar, que es hora de reflexionar sobre «posibles» consecuencias de la coronacrisis . Pero el calificativo lo hemos incluido como un añadi- do entre paréntesis en el texto ori- ginal, porque todo hay que coger- lo con pinzas . En la mayoría de las cosas, na- die puede tener la certeza absolu- ta sobre lo que va a ocurrir, por más que algunos atrevidos lancen afirmaciones contundentes. Es como esa frase habitual que suele utilizarse en estos casos: «la cri- sis ha marcado un antes y un después ». Ciertamente, para al- gunas cosas introduce cambios importantes y acelera procesos en marcha . Para otras , los cam- bios pueden ser temporales , y es osado opinar que serán radicales y definitivos. Por ejemplo, en otros textos de este número apuntamos que el te- letrabajo es una novedad a con- siderar . Pero puede considerarse a corto plazo o en un horizonte más lejano, y es arriesgado for- mular apuestas. Hay quien asegu- ra que ha venido para quedarse, y quizás así sea, pero ya hay mu- chos añorando volver a las ofici- nas que, entre otras cosas, son puntos de socialización. A veces resulta más creativa la oficina, por la interacción constante de las personas. Algo de eso (la añoran- za) se menciona en el artículo co- rrespondiente. Por lo general, hay cambios cuyos profetas son los principa- les presuntos beneficiarios de los mismos . Siempre que lean una de estas proclamaciones ab- solutas, miren de quién es la fir- ma; si alguien les asegura en un artículo que cada día se consu- men más cubiertos de madera, y que es una tendencia imparable, comprueben si quien lo proclama es un fabricante de tenedores de pino, por ejemplo. A veces estas afirmaciones se basan en tendencias reales, pero a menudo se apoyan en estadísti- cas muy cortas, a las que se quie- re convertir en grandes hallazgos. Ahora bien, si usted es un comer- ciante de cucharas de palo, no ha- ga caso: apúntese a lo que, en el fondo, no es más que una cam- paña orientada a vender más. Estamos viendo muchas, ac- tualmente. En la redacción de Market Visión recibimos dece- nas de gacetillas de ese tenor al mes , así como artículos de opi- nión que siguen la misma técnica: comienzan aportando algún dato, afirman que es un hecho generali- zado y una tendencia al alza, a la que nadie en su sano juicio dejará de apuntarse; y al final te recuer- dan que determinada marca o em- presa ofrece las mejores solucio- nes o los mejores productos que se ajustan a esa tendencia. Son profecías para el auto- cumplimiento . El coronavirus ha cambiado y está cambiando muchas cosas. Pero debiéramos ser humildes en el análisis. Porque en el medio plazo los hechos acaban evolucio- nando de forma menos previsible de lo que nos gusta pensar. n Los análisis, mejor desde la humildad
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